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miércoles, 7 de marzo de 2012
Estudio epidemiológico del síndrome de Waardenburg
RESUMEN
El Síndrome de Waardenburg (SW) es un
desorden autosómico dominante, caracterizado por sordera neuro-sensorial,
distopia cantorum y cambios en la pigmen-tación de piel, ojos y cabello. Esta
enfermedad es clínica y genéticamente heterogénea. Se clasifica en 4 tipos según
la presencia o ausencia de la distopia cantorum y de otras características
adicionales. El objetivo de este estudio fue ampliar los conocimientos clínicos
y genéticos sobre el Síndrome de Waardenburg, definiendo la frecuen-cia de los
tipos de SW y su distribución geográfica en la población sorda colombiana. Para
esto se visitaron insti-tuciones de y para sordos en todo el país. Los
resultados de este estudio nos arrojan una amplia información sobre el Síndrome
en Colombia y nos deja abiertas muchas posibilidades para continuar el estudio
de esta patología.
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Waardenburg (SW) es un
desorden autosómico dominante, causado por un defecto en la di-ferenciación de
la cresta neural, descrito en 1948 por el oftalmólogo Petrus Waardenburg. Las
características clí-nicas del síndrome incluyen sordera neurosensorial, distopia
cantorum (desplazamiento del canto interno de los ojos) y cambios en la
pigmentación de piel, ojos y cabello. El fenotipo suele ser variable en los
afectados, ya que puede ir desde la presentación de una sola carac-terística
hasta el espectro completo, o la combinación de varias de ellas entre los
diferentes miembros de la familia.
Clínicamente el síndrome ha sido
clasificado en 4 tipos, según a la presencia o ausencia de distopia cantorum y
de otras características adicionales. El SW tipo 1 se caracteriza por la
presencia de la distopia mien-tras el SW tipo 2 por la ausencia de la misma. El
SW tipo 3 además se manifiesta con anormalidades es-queléticas y también es
conocido con el nombre de Klein-Waardenburg. El SW tipo 4 o síndrome de
Waardenburg-Shah se asocia a la enfermedad de Hirschsprung o Megacolon
agangliónico.
De igual forma, el síndrome es
genéticamente hete-rogéneo, dado que las mutaciones en el gen PAX3 causan SW
tipo 1 y SW tipo 3, mientras que las mutaciones en el gen MITF producen SW tipo
2. Por otra parte, el fenotipo del SW tipo 4 resulta de mutaciones en el gen
EDNRB, en su ligando EDN3 y el gen SOX10.
El objetivo de nuestro gran estudio
nacional, ampliar los conocimientos clínicos y genéticos sobre el Síndrome de
Waardenburg, definiendo la frecuencia de los tipos de síndrome y su distribución
geográfica en la población sorda colombiana.
MATERIALES Y
MÉTODOS
Este estudio se realizó desde el
Instituto de Gené-tica Humana de la Universidad Javeriana, con la colabo-ración
de la Fundación Oftalmológica Nacional y los institutos de y para sordos del
país.
SELECCIÓN DE
CASOS
Se seleccionaron los afectados
mediante encuestas y visitas a 26 institutos de y para sordos en Colombia, los
que recibieron una valoración clínica completa que incluyó evaluación
oftalmológica, fonoaudiológica y genética.
Se seleccionaron 138 individuos con
diagnóstico clínico de Síndrome de Waardenburg, pertenecientes a las 26
instituciones visitadas en todo el país. Estos indi-viduos fueron clasificados
según el tipo de SW de acuerdo con el valor del índice de Waardenburg, fórmula
internacional que esta dada por las distancias intercantales internas y externas
de los ojos y la distancia interpupilar.
RESULTADOS
Se recibieron 1.752 encuestas
procedentes de las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Santa Marta,
Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Armenia, Maniza-les, Pereira, Ibagué, Popayán y
Pasto.
Las encuestas fueron clasificadas en
4 grupos de según la etiología de la sordera, según datos subjeti-vos e
información suministrada por los padres. Encontra-mos que 5,3% refería
manifestaciones fenotípicas que podrían corresponder a un Síndrome de
Waardenburg, el 13,6% de los individuos podrían tener una causa genética, 26,2%
una posible causa adquirida y 52,7% no sabía la etiología y refería causa
desconocida (Figura 1).
Figura 1: Clasificación de posibles
causas de sorderas según encuestas contestadas por padres y
familiares.
Del total, fueron seleccionados 93
individuos que corresponden a un igual número de familias con Síndrome de
Waardenburg, a quienes se les realizó una historia clínica completa donde se
tuvieron en cuenta los paráme-tros publicados por el Consorcio Internacional
para el estudio del Síndrome de Waardenburg. Entraron al estudio 138 individuos
afectados que corresponden a 93 propó-sitos (afectados con diagnóstico clínico
de SW) y 45 familiares afectados (con al menos un criterio de SW).
Las familias fueron clasificadas
según los valores del índice de Waardenburg, así: 27.9% de las familias
correspondieron a un SW tipo 1, el 60,2% al SW tipo 2 y el 11,8% a un SW
indeterminado (Figura 2).
Figura 2: Clasificación de individuos
según tipo de Síndrome de Waardenburg.
VALORACIÓN
GENÉTICA
De acuerdo con los datos obtenidos de
los 138 indivi-duos afectados, encontramos que la característica fenotí-pica más
frecuente, fue la hipoacusia, seguida por raíz nasal amplia, poliosis, sinofris
y heterocromía del iris (Figura 3).
Figura 3:
Fecuencia de las características fenotípicas del síndrome de
Waardenburg.
VALORACIÓN
OFTALMOLÓGICA
Las características oftalmológicas
propias del Sín-drome fueron: heterocromia del iris (25,3%), Iris azul intenso
(13,7%), fondo de ojo albinoide (21,7%) y ojos claros (5,8%). Hubo otras
alteraciones oftalmológicas presentes en algunos individuos, como miopía (3,6%),
hipermetropía (2,9%), astigmatismo (1,4%) y ambliopía (0,7%).
VALORACIÓN
AUDIOLÓGICA
Los resultados de las audiometrías
mostraron una mayor frecuencia de hipoacusia neurosensorial profunda bilateral
(63,7%), mientras que 19,5% de los individuos afectados no presentaron
hipoacusia, dado que una de las características del síndrome, es que no todos
los afectados la presentan (Figura 4).
Figura 4:
Características audiológicas.
FRECUENCIA Y
DISTRIBUCIÓN DEL SÍNDROME DE WAARDENBURG EN COLOMBIA
En nuestro estudio se pudo determinar
que la fre-cuencia del Síndrome de Waardenburg en la población sorda Colombiana,
es de 5,3%. Con respecto a la distribución geográfica del Síndrome, se
analizaron dos opciones: el lugar de residencia de los individuos, para observar
la demanda de servicios en las diferentes ciudades y el lugar de nacimiento de
los pacientes, para estudiar un posible origen génico. Según esto, detectamos
una mayor frecuencia del Síndrome en la ciudad de Bogotá, seguido de otros
sitios del altiplano Cundiboyacense (Figura 5).
Figura 5:
Distribución geográfica del Síndrome de Waardenburg según lugar de residencia y
nacimiento.
En el estudio de la distribución por
sexo, se observó que 46,2% de los individuos eran de sexo masculino y 53,5% de
sexo femenino.
DISCUSIÓN
En este estudio pudimos determinar
que la frecuen-cia del síndrome de Waardenburg en Colombia es de 5,3%, dato que
aunque es similar al reportado en otras poblaciones estudiadas, es de gran
relevancia debido a que en América Latina no existen otros reportes de la
frecuencia del Síndrome.
Los datos obtenidos de la
clasificación de los indivi-duos según el tipo de síndrome de Waardenburg son
muy interesantes, dado que difieren de las frecuencias de subtipos reportadas en
otras publicaciones. En todas ha sido más frecuente el tipo 1, pero curiosamente
en Colombia es más frecuente el tipo 2. Esto podría explicar-se por dos
posibilidades: tenemos una población diferente a las reportadas por otros
estudios, o la clasificación mundial aceptada con el índice de Waardenburg (IW)
no es exacta y se presta a clasificaciones clínicas erróneas. En este punto
merecería la pena una reevaluación de los casos reportados en otras poblaciones
y así definir si existe otra evidencia de inexactitud en el IW.
Aunque la clasificación etiológica de
las sorderas presentada en este estudio fue hecha con los datos sumi-nistrados
por los padres, podemos ver datos interesantes. Llama la atención que un alto
porcentaje de individuos no sabe la causa de su sordera, lo que es importante de
tener en cuenta para futuros estu-dios y para programas de in-formación y
educación. En cuanto a los individuos con po-sibles sorderas genéticas, queda
claro que a futuro es importante realizar estudios en los diferentes genes
aso-ciados a sorderas tanto auto-sómicas recesivas como do-minantes y así poder
estable-cer su etiología molecular.
Los datos referentes a las
características fenotípicas del Síndrome nos confirman su heterogeneidad
clínica, tanto en el ámbito interfamiliar en el como intra familiar.
Respecto a las alteracio-nes
oftalmológicas, se sabe que 40 a 45% de individuos sordos en general, tienen
pro-blemas oculares asociados. La baja frecuencia de vicios de refracción en
esta población, nos podría reforzar la hipótesis de que esas lesiones
oftalmológicas pudieran ser debidas más bien a causas virales o adquiridas, y
que no necesariamente hacen parte de los síndromes genéticos causales de esas
sorderas. Sin embargo, la población estudiada es muy pequeña para hacer este
tipo de conclusiones a priori.
Las frecuencias encontradas de
individuos con hi-poacusia neurosensorial profunda y sin hipoacusia, eran de
esperarse, ya que se sabe que no todos los afectados con síndrome de Waardenburg
son sordos.
La distribución geográfica del SW,
tomando como parámetro el lugar de residencia de los pacientes, nos muestra que
la ciudad de Bogotá presenta un porcentaje mayor. Si lo contrastamos con el
lugar de nacimiento, vemos que son menos los que nacen en Bogotá que los que
allí residen, lo que podría deberse a la alta migración hacia ciudades
capitales, en búsqueda de una mejor asistencia profesional. Desde el punto de
vista práctico, estos datos epidemiológicos nos hacen ver la necesidad de
ofrecer mejores servicios profesionales para esta población en ciudades
intermedias del país.
La equivalencia en género que se
observó, muestra que no hubo sesgos estadísticos en nuestro estudio, además de
que respalda la hipótesis de que es una enfer-medad que no tiene predisposición
por un género específico.
Los resultados de este estudio nos
arrojan una amplia información sobre el síndrome de Waardenburg en Colombia y
nos dejan abiertas muchas posibilidades para continuar en el estudio de esta
patología, que incluirían análisis citogenéticos y moleculares, para poder
establecer una clara correlación fenotipo-genotipo en nuestra población
afectada.
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